-Yo mejor voy a faltar-.
-¿Por qué?-.
-Quiero ver si lo engancho al Andrés, debería hablar con él por aquel problema que tenemos y vos ya sabes bien-.
-Bueno ¿pero el no cursa?-.
-Sí, pero, conociéndolo como lo conozco, seguro faltó-.
-Ah, bueno ¿Vamos hasta la estación?-.
-Dale, pero antes ¿te acordás los dos pesos que tenías ayer? ¿No me los podés prestar? es que quiero comprar puchos-.
Se pusieron en marcha rumbo a la estación. Al llegar se despidieron y cada uno tomó su camino.
Mauricio bajó del tren y comenzó a caminar por las vías directo al kiosco. Metió la mano en el bolsillo para buscar los dos pesos pero el guante le impedía el tacto necesario para dar con ellos entonces mordió el dedo índice del guante y se lo arrancó de la mano, buscó los dos pesos y fue al kiosco.
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