A la mañana siguiente Carla se despertó como a las 9:30. Ni Mauricio ni Romeo estaban en la casa. Al darse cuenta lo sola que estaba sintió un fuerte deseo por entrar al cuarto de Mauricio, quizás por saber si la bailarina estaba ya más cerca del Luna Park que de Pereyra o solamente quería curiosear el cuadernito de y entender qué hacía él ahí.
Entró en la habitación y encontró el cuaderno entre el colchón y la almohada. Lo tomó y, ubicándose sobre la cama, comenzó a abrirlo aleatoriamente.
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