viernes, 30 de mayo de 2008
Seguí pasando tu paz.
Gustavo, como pedazo de forro, junta los crotos y sucios puchos que la gente va tirando al pasar. Se los fuma y los convida.
Es inseguro. Tan inseguro, todavía le tiene miedo a los pianos. Dice que lo muerden, que le pegan, que lo esperan a la salida y le hacen la mosca, que una vez en segundo grado se le rieron por usar pitucones. Una vez me hablaba de un asalto de séptimo grado en el cual lo incitaron a jugar a la botellita y lo hicieron besarse con la más fea, pero claro, Gustavito no quería y dio lucha hasta que esos tontos temperados lo hicieron de lado el resto del año.
Siempre se anda ahorrando palabras por si algún día las necesita todas juntas, es por eso que es un tipo tan callado. Parece un santuario, bien reflexivo, calmo como una laguna y muy verde.
Hincha de Independiente, un verdadero pecho frío (le decíamos y se calentaba el muy forro.)
Gustavito querido, vos andás necesitando un buen cumpleaños. Ya vamos a hacer una vaquita y te vamos a comprar uno, uno bien grande, el mejor de la tienda de cumpleaños, pero no olvides que antes viene el mío.
jueves, 29 de mayo de 2008
A esas tuyas palabras que a veces no conosco.
“…Es que a veces la puta costumbre de querer hacerme el Horacio me hace olvidar que yo no estoy buscando nada… ya lo encontré…”
Me doy cuenta de cómo me tengo que dejár de joder, cerrar ese libro y deslizarme a las provincias del sur de nuestra cama donde, casualmente, no hace más frío que al norte sino que es más relativo. Entonces quedo en pasarla a buscar por Netoph (Cinturón de este pequeño continente que llamamos cama) y llevarla en abrazos hasta la costa donde puedo desnudarle los pechos y abrazarla fuertemente contra el mío.
Una vez ahí vamos arrojando nuestras ropas al mar como esperando que haya un Colón en su corpiño o alguien de menor violencia (un Magallanes verde en mi camisa) pero sin la sorpresiva tentación de conquistar un corno. Cuando se lo explico no me lleva el apunte pero es gracioso verla morder sus labios.
Y así las ropas terminan naufragando en todo ese océano que rodea nuestra pequeña isla, digo isla porque comenzamos a sentirla más pequeña. Esto ocurre cuando dejamos que ciertos problemas en las placas, innecesarios, nos priven de nuestros mejores golfos, penínsulas y demás, separándolas. Como un pequeño y cínico homenaje a la Bab El Mandeb.
Es entonces cuando la siento de un mordisco y la reto. “Nunca nada va a acabar con las cucarachas y eso está bien. Sólo aparecen al encender la luz.”
-¡Callate y pensá! Nosotros nunca vamos a necesitar de esas incomodas botellas de socorro que se arroján al mar.-
-Lo que quieras, pero yo siento que no llego con nada.-
-No tenés que llegar a ningún lado. Recorda que me dijiste ayer cuando hablábamos de cómo me abrigaste el día anterior.-
-“El frío entra mucho por las orejas y la nariz.”-
-En esta isla no hacen falta narices ni orejas mientras te traigas tus crayones y tu desprolijidad. En otras palabras, ¡Estamos salvados!-
-Pero Magenta Bueno, no sé si voy a poder.-
-Yo sé que sí y ahora preparate que nos espera un largo viaje hasta la puerta, después hasta la calle y después hasta comprar una galletitas para el mate.-
<< ¿Tendrá idea que imagino la conversación de recién con estas palabras que elegí?>> Pensé mientras se vestía y le dije – Tendé el continente y vamos por las galletitas.-
-¿Qué tienda el qué?-
-La cama, la cama.- (Rigor barato del autor.)
-¿Dijiste el continente?-
-No, no, te habrá parecido. Dale, vamos.-
-Bueno… ah, pará.-
-Sí, decime.-
-Ogue es Ego al revés.-
Y esa es la verdad absoluta.
Me doy cuenta de cómo me tengo que dejár de joder, cerrar ese libro y deslizarme a las provincias del sur de nuestra cama donde, casualmente, no hace más frío que al norte sino que es más relativo. Entonces quedo en pasarla a buscar por Netoph (Cinturón de este pequeño continente que llamamos cama) y llevarla en abrazos hasta la costa donde puedo desnudarle los pechos y abrazarla fuertemente contra el mío.
Una vez ahí vamos arrojando nuestras ropas al mar como esperando que haya un Colón en su corpiño o alguien de menor violencia (un Magallanes verde en mi camisa) pero sin la sorpresiva tentación de conquistar un corno. Cuando se lo explico no me lleva el apunte pero es gracioso verla morder sus labios.
Y así las ropas terminan naufragando en todo ese océano que rodea nuestra pequeña isla, digo isla porque comenzamos a sentirla más pequeña. Esto ocurre cuando dejamos que ciertos problemas en las placas, innecesarios, nos priven de nuestros mejores golfos, penínsulas y demás, separándolas. Como un pequeño y cínico homenaje a la Bab El Mandeb.
Es entonces cuando la siento de un mordisco y la reto. “Nunca nada va a acabar con las cucarachas y eso está bien. Sólo aparecen al encender la luz.”
-¡Callate y pensá! Nosotros nunca vamos a necesitar de esas incomodas botellas de socorro que se arroján al mar.-
-Lo que quieras, pero yo siento que no llego con nada.-
-No tenés que llegar a ningún lado. Recorda que me dijiste ayer cuando hablábamos de cómo me abrigaste el día anterior.-
-“El frío entra mucho por las orejas y la nariz.”-
-En esta isla no hacen falta narices ni orejas mientras te traigas tus crayones y tu desprolijidad. En otras palabras, ¡Estamos salvados!-
-Pero Magenta Bueno, no sé si voy a poder.-
-Yo sé que sí y ahora preparate que nos espera un largo viaje hasta la puerta, después hasta la calle y después hasta comprar una galletitas para el mate.-
<< ¿Tendrá idea que imagino la conversación de recién con estas palabras que elegí?>> Pensé mientras se vestía y le dije – Tendé el continente y vamos por las galletitas.-
-¿Qué tienda el qué?-
-La cama, la cama.- (Rigor barato del autor.)
-¿Dijiste el continente?-
-No, no, te habrá parecido. Dale, vamos.-
-Bueno… ah, pará.-
-Sí, decime.-
-Ogue es Ego al revés.-
Y esa es la verdad absoluta.
miércoles, 28 de mayo de 2008
Mi nariz tapada.
-¿Y cómo haces sin plata?-.
-No, es que por suerte Lina suele ir y me lleva comida o dinero para volver-.
-¿Pero tanto tiempo estás ahí?-.
-Y, mañana entro a las diez, salgo a las doce y entro a las tres-.
-¿Y todo ese tiempo te quedás solo?-
-No, Lina llega y se queda conmigo todo ese tiempo- Mi viejo pone la luz direccional, tose y seguimos marcha. Mientras tanto yo, con la bufanda que Lina me acomodó de tal forma que tapa mi boca trayéndome una suerte de calefacción al respirar, apoyo mi codo en la ventanilla del auto, mi cara sobre la palma de mi mano abierta y pienso en Lina. De repente se escuchan quejas del viejo en un tono amable del tipo de “Si vos fueras organizado uno te daría cien pesos y vos te arreglarías.” La verdad no tengo ganas de contestarle que no me alcanza con cien pesos mensuales, no quiero explicarle.
Lina, Lina. Hoy comí galletitas, sólo seis en todo el día. Mis primeras cinco galletitas me las llevó ella. Ella llevó cinco galletitas hasta donde yo estaba para que no sienta el hambre que tanto estaba sintiendo. Calmó mi hambre, calmó mis dudas y mis ríos, calmó mi frío con su misma bufanda. ¿Y yo? ¿Yo estaría calmando algo en ella? Espero que sí.
Nunca teníamos dinero o al menos nunca el suficiente y aún así me llevó cinco galletitas. ¿Qué acaso eso no es el amor más puro? Yo creo que sí. El amor más puro son cinco galletitas y una bufanda tapándote la nariz.
-No, es que por suerte Lina suele ir y me lleva comida o dinero para volver-.
-¿Pero tanto tiempo estás ahí?-.
-Y, mañana entro a las diez, salgo a las doce y entro a las tres-.
-¿Y todo ese tiempo te quedás solo?-
-No, Lina llega y se queda conmigo todo ese tiempo- Mi viejo pone la luz direccional, tose y seguimos marcha. Mientras tanto yo, con la bufanda que Lina me acomodó de tal forma que tapa mi boca trayéndome una suerte de calefacción al respirar, apoyo mi codo en la ventanilla del auto, mi cara sobre la palma de mi mano abierta y pienso en Lina. De repente se escuchan quejas del viejo en un tono amable del tipo de “Si vos fueras organizado uno te daría cien pesos y vos te arreglarías.” La verdad no tengo ganas de contestarle que no me alcanza con cien pesos mensuales, no quiero explicarle.
Lina, Lina. Hoy comí galletitas, sólo seis en todo el día. Mis primeras cinco galletitas me las llevó ella. Ella llevó cinco galletitas hasta donde yo estaba para que no sienta el hambre que tanto estaba sintiendo. Calmó mi hambre, calmó mis dudas y mis ríos, calmó mi frío con su misma bufanda. ¿Y yo? ¿Yo estaría calmando algo en ella? Espero que sí.
Nunca teníamos dinero o al menos nunca el suficiente y aún así me llevó cinco galletitas. ¿Qué acaso eso no es el amor más puro? Yo creo que sí. El amor más puro son cinco galletitas y una bufanda tapándote la nariz.
lunes, 26 de mayo de 2008
Por una de las calles del centro.
Caminábamos por una de las calles del centro. La loca colgaba de mi brazo, iba feliz, saltando, gritando, diciendo tantas tonterías. Yo iba aburrido y bastante triste. En ese momento ella debería estar llegando a su casa. Claro que es tonto que así lo agrupe ahora puesto que en ese momento yo aún no lo sabía. Pero creo que así fue. Mientras esta tonta de pelos rubios me clavaba sus horribles garras en mi brazo ella debía estar tocando el timbre del portero. ¿Cómo sé que era un portero? ¿Y yo cómo demonios voy a saberlo? Supongo que no iba a aplaudir para llamarlo.
Seguimos caminando y siguió escupiendo preguntas tales como: “¿Pero al final qué estás estudiando?” “contame de vos, ¿cómo es tu familia? Vos nunca me hablás de vos” “¿Por qué no te reís un poco más lindo? ¿Estás triste? ¿Es eso?” Y ella ya comenzaba a subir la escalera (de seguro había una escalera.)
-Doblemos en esta calle ¿Sí?- Dijo mientras señalaba estúpidamente. A decir verdad no había nada que no hiciera estúpidamente. Yo no contesté y comencé a doblar. Mi cara no se confundía con la del cansancio pero tampoco con la de la diversión. Mis ojos estaban un poco cerrados y mi mirada perdida.
Ella ya debía estar saludándolo y, seguramente, ya casi tomaba asiento y él le debía estar ofreciendo algo pero no un mate, ése no toma mate.
-Este vestido me hace medio gorda ¿vos qué opinas?- Yo por dentro opinaba que se calle de una vez. A decir verdad siquiera sabía que hacía caminando con ella. Supongo que estaría buscando un poco de distracción. Algo que me borré un poco el mal sabor de lo que ya pasaba (y más aún lo que iba a pasar.)
Seguramente en ese otro momento ellos deberían estar entrando en la habitación y ahí fue cuando comencé a fruncir el ceño.
La loca de mierda esta se frenó, se paró delante de mí y me dijo:
-¿Qué es lo que te pasa mi amor? ¿Queres que mami haga algo por vos?-. Sí, que te callés un rato me gustaría decir que le dije pero no. A veces soy tan cobarde.
Él comenzó a sacarle el vestido, a acostarla y subirse a su pelvis yo comencé a doblar y meterme a un callejón.
Apoyó su boca abierta y jadeante sobre los labios femeninos y comenzó a acariciar o pellizcar sus muslos, ella cerraba los ojos y acomodaba su cabeza hacía arriba.
Con la mano derecha tomó la sábana y abrigo los dos cuerpos. Una vez cubiertos y, nuevamente con su mano izquierda, le arrancó la bombacha de un manotón.
No sé cómo pero estoy seguro de que por eso en ese momento me enloquecí. En ese momento, ya adentrados en el callejón, no aguanté más. Mi pulverizador saltó rabioso de su celda pero aún no hallaba entendimiento ante el contexto. Vagamente traté de sujetarlo y acomodarlo de un manotón en su cucha pero nada surtía efecto ante tal desesperado acto de liberación.
Empezó a embestirla una y otra vez acostado sobre ella. Ella ya comenzaba a omitir pequeños gemidos de placer.
Yo loco, nublado, sin ángeles ni sueños, con esta loca. La casé del cogote y, como un verdadero animal le dije:
-¡Agachate, dale!-. En ese momento yo pensaba: Qué hija de puta, si en mi vida no hubo importantes, eran todas putas, todas putas menos el angelito, todas putas. ¿Por qué es tan hija de puta?
La loca obedeció sumisamente y enseguida empezó a tirarme de la goma.
Él seguía con su anhelado mete-saca que tanto había deseado ya. Un poco más, un poco más y siguió más hasta acabar vaciando su semen entre las piernas de “su hembra”
Un poco más y un poco más hasta que acabé vaciando mi semen en la boca de esta loca. Cosa que disfruté tanto como limpiarme el culo con papel después de cagar. Analogía que se me ocurrió mientras acababa y enseguida pensé: ¿Por qué, generalmente, en los libros no se habla de cagar? Y me pareció curioso.
No quiero hacer mucho hincapié en lo que pasó después ni en lo que hablé con la loca esta. Sólo diré que la otra se despertó al otro día en la casa y se marcho sin desayunar ni bañarse. En cuanto a mí, me las arreglé para dejar a la loca por ahí y seguir la noche en mi sola compañía.
Supe de ella ya pasadas las dos semanas. Un rumor curioso me estuvo taladrando el oído. Parecía que quería encontrarme.
Finalmente la encontré en una plaza y me confesó todo. Muchas dirán que no tengo cerebro pero no pude hacer más que decirle que la quería. Nos dimos un largo beso que yo mismo terminé cortando y le dije que ya no volveríamos a vernos.
Seguimos caminando y siguió escupiendo preguntas tales como: “¿Pero al final qué estás estudiando?” “contame de vos, ¿cómo es tu familia? Vos nunca me hablás de vos” “¿Por qué no te reís un poco más lindo? ¿Estás triste? ¿Es eso?” Y ella ya comenzaba a subir la escalera (de seguro había una escalera.)
-Doblemos en esta calle ¿Sí?- Dijo mientras señalaba estúpidamente. A decir verdad no había nada que no hiciera estúpidamente. Yo no contesté y comencé a doblar. Mi cara no se confundía con la del cansancio pero tampoco con la de la diversión. Mis ojos estaban un poco cerrados y mi mirada perdida.
Ella ya debía estar saludándolo y, seguramente, ya casi tomaba asiento y él le debía estar ofreciendo algo pero no un mate, ése no toma mate.
-Este vestido me hace medio gorda ¿vos qué opinas?- Yo por dentro opinaba que se calle de una vez. A decir verdad siquiera sabía que hacía caminando con ella. Supongo que estaría buscando un poco de distracción. Algo que me borré un poco el mal sabor de lo que ya pasaba (y más aún lo que iba a pasar.)
Seguramente en ese otro momento ellos deberían estar entrando en la habitación y ahí fue cuando comencé a fruncir el ceño.
La loca de mierda esta se frenó, se paró delante de mí y me dijo:
-¿Qué es lo que te pasa mi amor? ¿Queres que mami haga algo por vos?-. Sí, que te callés un rato me gustaría decir que le dije pero no. A veces soy tan cobarde.
Él comenzó a sacarle el vestido, a acostarla y subirse a su pelvis yo comencé a doblar y meterme a un callejón.
Apoyó su boca abierta y jadeante sobre los labios femeninos y comenzó a acariciar o pellizcar sus muslos, ella cerraba los ojos y acomodaba su cabeza hacía arriba.
Con la mano derecha tomó la sábana y abrigo los dos cuerpos. Una vez cubiertos y, nuevamente con su mano izquierda, le arrancó la bombacha de un manotón.
No sé cómo pero estoy seguro de que por eso en ese momento me enloquecí. En ese momento, ya adentrados en el callejón, no aguanté más. Mi pulverizador saltó rabioso de su celda pero aún no hallaba entendimiento ante el contexto. Vagamente traté de sujetarlo y acomodarlo de un manotón en su cucha pero nada surtía efecto ante tal desesperado acto de liberación.
Empezó a embestirla una y otra vez acostado sobre ella. Ella ya comenzaba a omitir pequeños gemidos de placer.
Yo loco, nublado, sin ángeles ni sueños, con esta loca. La casé del cogote y, como un verdadero animal le dije:
-¡Agachate, dale!-. En ese momento yo pensaba: Qué hija de puta, si en mi vida no hubo importantes, eran todas putas, todas putas menos el angelito, todas putas. ¿Por qué es tan hija de puta?
La loca obedeció sumisamente y enseguida empezó a tirarme de la goma.
Él seguía con su anhelado mete-saca que tanto había deseado ya. Un poco más, un poco más y siguió más hasta acabar vaciando su semen entre las piernas de “su hembra”
Un poco más y un poco más hasta que acabé vaciando mi semen en la boca de esta loca. Cosa que disfruté tanto como limpiarme el culo con papel después de cagar. Analogía que se me ocurrió mientras acababa y enseguida pensé: ¿Por qué, generalmente, en los libros no se habla de cagar? Y me pareció curioso.
No quiero hacer mucho hincapié en lo que pasó después ni en lo que hablé con la loca esta. Sólo diré que la otra se despertó al otro día en la casa y se marcho sin desayunar ni bañarse. En cuanto a mí, me las arreglé para dejar a la loca por ahí y seguir la noche en mi sola compañía.
Supe de ella ya pasadas las dos semanas. Un rumor curioso me estuvo taladrando el oído. Parecía que quería encontrarme.
Finalmente la encontré en una plaza y me confesó todo. Muchas dirán que no tengo cerebro pero no pude hacer más que decirle que la quería. Nos dimos un largo beso que yo mismo terminé cortando y le dije que ya no volveríamos a vernos.
domingo, 25 de mayo de 2008
Reglamento de "Lina Dice."
Los Linas son criaturas bípedas que caen de los árboles en primavera y tienen sus propias camas para ellas solas.
Tintas de un viejo amigo.
Hace ya tres días le pedí a Andrés que me diga cómo hace para dibujar. El tipo se interesó mucho y comenzó a mostrarme distintos trazos, comentando que eran los que más prefería a la hora de hacerlo.
En un momento saltó arriba de la mesa y me dijo – ¡Ya está! Te voy a enseñar a dibujar-. Bajó de la mesa y salió disparado a su habitación. Cuando volvió portaba en sus manos unas cuantas cajas de crayones, lápices y gomas de borrar y un buen manojo de hojas lisas. Venía tan embalado que se le caían las cosas. Se acercó a la mesa, acomodó todo con paciencia y excitación como todo un cirujano y una vez terminado su orden comenzó a explicar.
Es por eso que hace tres días yo he aprendido a dibujar. No como él, ni tampoco bien pero si tengo un título, el suyo. Soy egresado.
Yo me emocioné tanto que decidí comenzar a practicar y fui llenando diferentes hojas, papeles sueltos, boletos de tren y demás.
Gracias Andrés, siempre enseñando nuevas cosas.
En un momento saltó arriba de la mesa y me dijo – ¡Ya está! Te voy a enseñar a dibujar-. Bajó de la mesa y salió disparado a su habitación. Cuando volvió portaba en sus manos unas cuantas cajas de crayones, lápices y gomas de borrar y un buen manojo de hojas lisas. Venía tan embalado que se le caían las cosas. Se acercó a la mesa, acomodó todo con paciencia y excitación como todo un cirujano y una vez terminado su orden comenzó a explicar.
Es por eso que hace tres días yo he aprendido a dibujar. No como él, ni tampoco bien pero si tengo un título, el suyo. Soy egresado.
Yo me emocioné tanto que decidí comenzar a practicar y fui llenando diferentes hojas, papeles sueltos, boletos de tren y demás.
Gracias Andrés, siempre enseñando nuevas cosas.
Concierto en Si bemol mayor.
"Mi mecánica de tangos baila..."
Lina: Lina me ha salvado ya de tantas y lo hará de tantas otras. Lina es madre y amiga. Es fuerte aunque no lo crea. Ha logrado acaparar tanto, pero tanto, mi atención. Como nadie había podido antes. Lina me trae las ideas, los viajes, los ríos que chocan contra mi pecho y se acuestan sobre él susurrándome el amor que me guarda y cela. Lina no se deja apagar por sorpresas con fecha de vencimiento. Siempre malcriándome a su mejor manera y dispuesta a darme dos bifes por cada tontería que escupe mi torpe boca. Mostrándome el camino. Abrazándome cuando más lo necesito.
Lina, soy yo y soy tuyo y en este día, mi magenta enana y fea, quiero que sepas que no hay razones para ponerlo en duda. Quiero que sigas improvisando a orillas del piano y veamos pasar la tarde sentados sobre su lomo esperando la lluvia túlipanesca de otoño.
Brindo por vos Magenta.
Lina, soy yo y soy tuyo y en este día, mi magenta enana y fea, quiero que sepas que no hay razones para ponerlo en duda. Quiero que sigas improvisando a orillas del piano y veamos pasar la tarde sentados sobre su lomo esperando la lluvia túlipanesca de otoño.
Brindo por vos Magenta.
miércoles, 21 de mayo de 2008
De hoy en día que nos teman pues somos gigantescos magentas.
De hoy en día que nos traten con respeto a nosotros y a nuestra relación.
De hoy en día somos uno, un monstruo de dos cabezas.
Quien no celebre nuestra unión será mi enemigo.
Todos se encargaron de hacernos la vida difícil.
Nada en el mundo se está moviendo como debería hacerlo.
Gracias a nuestros aliados.
De hoy en día sos mi única prioridad y yo lo único que quiero es que vos me quieras.
De hoy en día que nos traten con respeto a nosotros y a nuestra relación.
De hoy en día somos uno, un monstruo de dos cabezas.
Quien no celebre nuestra unión será mi enemigo.
Todos se encargaron de hacernos la vida difícil.
Nada en el mundo se está moviendo como debería hacerlo.
Gracias a nuestros aliados.
De hoy en día sos mi única prioridad y yo lo único que quiero es que vos me quieras.
martes, 20 de mayo de 2008
Carta que una vez le escribí a mi hermana.
Será porque al cielo no te deján entrar sin un grande y gordo curricullum vitae o porque se nos rompió el termo y la rueda de mi bici se pincho para el verano que tanto prometimos que en tantas ocasiones miro mis ojos para el lado de adentro veo al revés como volvemos tambaleando los dos solos tan borrachos por el paredón y como descifro que hay algo malo en sus ojos bajo ese sol que de pronto algo en la chirusa que me pintan ganas de abrazar y no es que yo haya sido un tipo de los más amable es que a veces me pongo tan sentimental porque ella es buena conmigo.
-¿Qué haces con esa raqueta?-
-¿Y vos qué carajos le decís raqueta? Se llama Paul, boludo.-
-Bueno, a veces me soy muy boludo.-
-No, no sos boludo: “Falsheas para atrás”.-
-¿Y hermanita, el mundo dejó de ser gris?-
-Por fin el mundo funciona como tiene que ser.-
Y bueno, la chirusa me sabe poner sentimental por eso nos juntamos los tres el viernes a darle un poco más de cuerda al mundo.
-¿Qué haces con esa raqueta?-
-¿Y vos qué carajos le decís raqueta? Se llama Paul, boludo.-
-Bueno, a veces me soy muy boludo.-
-No, no sos boludo: “Falsheas para atrás”.-
-¿Y hermanita, el mundo dejó de ser gris?-
-Por fin el mundo funciona como tiene que ser.-
Y bueno, la chirusa me sabe poner sentimental por eso nos juntamos los tres el viernes a darle un poco más de cuerda al mundo.
domingo, 18 de mayo de 2008
Cargosa.
¿Qué habrá hecho que te alejés tanto de mí en estos días?
Quiero verte y sacarte las pulgas del malestar que ya te comieron casi todo el pelo. Quiero bailar el interludio de alguna fuga de tu mano. Repasar la armonía de alguna de nuestras composiciones. Meterme bajo tu falda y llenarte de hormigas. Esperar el tren que va a cualquier lado, ese que siempre nos espera.
Menos mal volver a besarte, menos mal volverte a ver que ya quiero.
No queremos esperar. Ya queremos subirnos el uno al otro, ya lo sabemos desde hace ya mucho tiempo. Y mientras pienso esto comienza.
-Vos sos un magenta perezoso.-
-Y vos una magenta enana y fea.-
-Vos sos un soñador de cuarta.-
-Y vos sos una cabeza de abrelatas en pantuflas.-
-Vos ya no sabés enamorarme.-
-Vos no sabés lo que decís, yo te enamoro más que nadie.-
-¿Ah sí? Demostralo trucho.-
-Ya lo demostré boba.-
-Tenés razón bobo. Dame besos.-
-Ahora no te doy nada. Andate de acá.-
-No me voy nada. Venite conmigo.-
-Siempre me voy con vos y lo sabés.-
-Sí pero sos un tonto.-
¿Qué habrá hecho que seamos tan felices?
-El olor de los tulipanes-
-¿Te podés callar? ¿No ves que estoy en medio de un monologo?-
-Bueno perdón, no seas malo.-
-No, no soy malo. Ahora me re cortaste el chorro.-
Siempre la misma cargosa…
Menos mal.
Quiero verte y sacarte las pulgas del malestar que ya te comieron casi todo el pelo. Quiero bailar el interludio de alguna fuga de tu mano. Repasar la armonía de alguna de nuestras composiciones. Meterme bajo tu falda y llenarte de hormigas. Esperar el tren que va a cualquier lado, ese que siempre nos espera.
Menos mal volver a besarte, menos mal volverte a ver que ya quiero.
No queremos esperar. Ya queremos subirnos el uno al otro, ya lo sabemos desde hace ya mucho tiempo. Y mientras pienso esto comienza.
-Vos sos un magenta perezoso.-
-Y vos una magenta enana y fea.-
-Vos sos un soñador de cuarta.-
-Y vos sos una cabeza de abrelatas en pantuflas.-
-Vos ya no sabés enamorarme.-
-Vos no sabés lo que decís, yo te enamoro más que nadie.-
-¿Ah sí? Demostralo trucho.-
-Ya lo demostré boba.-
-Tenés razón bobo. Dame besos.-
-Ahora no te doy nada. Andate de acá.-
-No me voy nada. Venite conmigo.-
-Siempre me voy con vos y lo sabés.-
-Sí pero sos un tonto.-
¿Qué habrá hecho que seamos tan felices?
-El olor de los tulipanes-
-¿Te podés callar? ¿No ves que estoy en medio de un monologo?-
-Bueno perdón, no seas malo.-
-No, no soy malo. Ahora me re cortaste el chorro.-
Siempre la misma cargosa…
Menos mal.
Andrés.
Andrés era cuervo y botón. De leo, el signo del orgullo. Tenía dos manos más que importantes. Una verdadera isla el tipo. Silencioso y pensativo. No hablaba gilada. Te dabas cuenta que abría la boca porque la pensó antes.
Siempre te caía con esos comentarios que le escucho a otros de cosas que no tenían que ver con nada y te hacía reír. Te hacía reír como nadie. Tipo lindo mi amigo. Pacifico. Atlántico (También ¿Por qué no?)
Siempre te caía con esos comentarios que le escucho a otros de cosas que no tenían que ver con nada y te hacía reír. Te hacía reír como nadie. Tipo lindo mi amigo. Pacifico. Atlántico (También ¿Por qué no?)
Anoche.
-¿Te podes callar panplinote? Siquiera sabes lo que estás diciendo.-
-Pero te digo que es cierto. ¿Vos alguna vez apretaste las yemitas en los dedos de los minutos? Si apretás bien fuerte te ahorrás como tres segundos por cada uno che.-
-¡Qué bello!-
-No seas hijo de puta, ja ja ja.-
-Bueno che, tampoco te la agarrés con mi vieja, ella no tiene la culpa.-
-Sabes bien la razón que tenés.-
-¿Pido otra?-
-No, andá a comprar puchos que yo pido un fernet.-
-Bueno, dale. Ya vengo.-
Este Andrés mío. Algún día se va a morir en Egipto de muy joven o le va a dar por ir por la vida suicidando rubias. Ahora resulta que se enganchó con una que es artista. ¿Me querés decir para qué quiere artistas? Son las más molestas, se paran horas frente a cuadros que no entienden para rendirles apología con frases como “Qué bello” o “hermoso, simplemente hermoso”. Pero si el arte no es eso. No, no es eso, ni siquiera se le acerca. Aunque, por otro lado, dice que es simple la piba esta. Me pone contento. Simple. ¿Cómo será una piba simple hoy en día? Será de las que te bancan en cualquiera que te mandés o esas que usan frases como “Te hago la gamba” o “Dale, haceme pata”. Sí el está bien yo no me meto. Es más, me pone contento.
Pedazo de mounstro. El muy boludo se debe haber quedado a pelearle al quiosquero
Por los diez centavos de los puchos o se debe haber enamorado de una fotografía o debe haber descubierto la religión por eso debe tardar tanto. Hermano aparecé. Ya hace como tres días que te fuiste y no volvés. Dale que se enfría el fernet y nadie le gusta muy frío menos en noches como esta tan nuestras. Por ahí le dejó una moneda a una desocupada creyendo que le estaba salvando la vida, pobre boludo. Siempre fue más bueno el boludo. Pero si es por eso que lo quiero tanto. Que no se lo diga es otra cosa muy diferente pero es bonachón desde changuito ya.
Menos mal, ahí viene.
-Por fin negro, ¿De quién te enamoraste ahora?-
-De tu mamá, boludo. Viejo, no seas así de cruel que había fila para comprar.-
-Bueno te perdono pero pasame un rubio que no doy más de las ganas que tengo.-
-Acá tenés. ¿Fuego queres?-
-¿Che, entonces estás contento?-
-Sí, muy. Mejor que nunca te diría.-
-Bueno me alegro. ¿Te parece si en un rato vamos yendo?-
-Dale, yo también estoy un poco cansado.-
-Cada día nos ponemos un poco más chotos Andrecito mío.-
-Hablás por vos, yo anoche me volvía las siete de la matina.-
Charlas aburridas pero nuestras que siguen y siempre nos hacen llegar tarde a todos lados. Por suerte nos fuimos al ratito.
-Pero te digo que es cierto. ¿Vos alguna vez apretaste las yemitas en los dedos de los minutos? Si apretás bien fuerte te ahorrás como tres segundos por cada uno che.-
-¡Qué bello!-
-No seas hijo de puta, ja ja ja.-
-Bueno che, tampoco te la agarrés con mi vieja, ella no tiene la culpa.-
-Sabes bien la razón que tenés.-
-¿Pido otra?-
-No, andá a comprar puchos que yo pido un fernet.-
-Bueno, dale. Ya vengo.-
Este Andrés mío. Algún día se va a morir en Egipto de muy joven o le va a dar por ir por la vida suicidando rubias. Ahora resulta que se enganchó con una que es artista. ¿Me querés decir para qué quiere artistas? Son las más molestas, se paran horas frente a cuadros que no entienden para rendirles apología con frases como “Qué bello” o “hermoso, simplemente hermoso”. Pero si el arte no es eso. No, no es eso, ni siquiera se le acerca. Aunque, por otro lado, dice que es simple la piba esta. Me pone contento. Simple. ¿Cómo será una piba simple hoy en día? Será de las que te bancan en cualquiera que te mandés o esas que usan frases como “Te hago la gamba” o “Dale, haceme pata”. Sí el está bien yo no me meto. Es más, me pone contento.
Pedazo de mounstro. El muy boludo se debe haber quedado a pelearle al quiosquero
Por los diez centavos de los puchos o se debe haber enamorado de una fotografía o debe haber descubierto la religión por eso debe tardar tanto. Hermano aparecé. Ya hace como tres días que te fuiste y no volvés. Dale que se enfría el fernet y nadie le gusta muy frío menos en noches como esta tan nuestras. Por ahí le dejó una moneda a una desocupada creyendo que le estaba salvando la vida, pobre boludo. Siempre fue más bueno el boludo. Pero si es por eso que lo quiero tanto. Que no se lo diga es otra cosa muy diferente pero es bonachón desde changuito ya.
Menos mal, ahí viene.
-Por fin negro, ¿De quién te enamoraste ahora?-
-De tu mamá, boludo. Viejo, no seas así de cruel que había fila para comprar.-
-Bueno te perdono pero pasame un rubio que no doy más de las ganas que tengo.-
-Acá tenés. ¿Fuego queres?-
-¿Che, entonces estás contento?-
-Sí, muy. Mejor que nunca te diría.-
-Bueno me alegro. ¿Te parece si en un rato vamos yendo?-
-Dale, yo también estoy un poco cansado.-
-Cada día nos ponemos un poco más chotos Andrecito mío.-
-Hablás por vos, yo anoche me volvía las siete de la matina.-
Charlas aburridas pero nuestras que siguen y siempre nos hacen llegar tarde a todos lados. Por suerte nos fuimos al ratito.
jueves, 15 de mayo de 2008
Faltando 25 minutos.
-¿Vos ahora cortás y te vas a dormir?-
-No, ¿qué precisas?-
-Yo voy a descansar los ojos acá en el sillón y en media hora va a sonar el teléfono.-
-Así será.-
¿Qué puedo decir? A veces hace mucha falta y viene tan bien descansar los ojos media hora en el sillón.
-No, ¿qué precisas?-
-Yo voy a descansar los ojos acá en el sillón y en media hora va a sonar el teléfono.-
-Así será.-
¿Qué puedo decir? A veces hace mucha falta y viene tan bien descansar los ojos media hora en el sillón.
Los Embobados.
Y, hoy cuando me desperté eran las 06:00 a.m. y respiré bastante mal un par de compases sin saber lo largo que había venido este día, lo mucho que había crecido de su anterior (¿o hermano mayor?)
Cosas de mayos ochos como los embobados.
¿Alguna vez alguno se embobó? Es cuando te preguntan la hora y le convidas un pucho, cuando te ponen media falta y no se te ocurre excusa, cuando por pensar en el culo de alguien te lleva puesto un colectivo y nadie se da cuenta lo culpable que es ese alguien solamente vos y es por eso lo embobado/a.
Hoy me olvidé la melodía, perdón, me embobé.
Hoy no cursé una materia, perdón, me embobé.
Hoy llegué tarde a otra materia, perdón, me embobé.
Hoy salí tarde de otra materia, perdón, me embobé.
Hoy rendí mal, perdón, me embobé.
Hoy te canté media hora, perdón, me embobé.
Llegado al caso porqué tanto perdón si total me embobé y no es nada malo embobarse. Como decía el de Bahía, y eso que arde Bahía, es lindo embobarse.
Estuvo bueno el día, tuvo sus cosas malas como cuando tomé la leche que la tomé con el periodista pero sacando esas cositas son más las cosas bobas y ¿qué esas no son acaso las más lindas que se ven?
Las mejores charlas las practican los embobados.
-¿Tenés frío?-
-No, me tomé un jugo de naranja.-
-¿Por qué lo lunes y los martes son los días que más me cuesta arrancar?-
-No sé, pero mi semana ponele va bien si arranco bien el lunes.-
-Los declaro marido y mujer.-
-Ya lo habías hecho.-
Qué boba que sos cuando me mirás.
Qué bobo que sonreís.
Qué bobo que besas.
Qué boluda que sos, yo te digo de acompañarte y te pensás que no quiero. Pero si yo nada te dije, es más: “Ojalá mañana al despertarme a las 06:00 a.m. respire bastante mal un par de compases sin saber lo más largo que se va a venir el hermanito del 8 de mayo.
Cosas de mayos ochos como los embobados.
¿Alguna vez alguno se embobó? Es cuando te preguntan la hora y le convidas un pucho, cuando te ponen media falta y no se te ocurre excusa, cuando por pensar en el culo de alguien te lleva puesto un colectivo y nadie se da cuenta lo culpable que es ese alguien solamente vos y es por eso lo embobado/a.
Hoy me olvidé la melodía, perdón, me embobé.
Hoy no cursé una materia, perdón, me embobé.
Hoy llegué tarde a otra materia, perdón, me embobé.
Hoy salí tarde de otra materia, perdón, me embobé.
Hoy rendí mal, perdón, me embobé.
Hoy te canté media hora, perdón, me embobé.
Llegado al caso porqué tanto perdón si total me embobé y no es nada malo embobarse. Como decía el de Bahía, y eso que arde Bahía, es lindo embobarse.
Estuvo bueno el día, tuvo sus cosas malas como cuando tomé la leche que la tomé con el periodista pero sacando esas cositas son más las cosas bobas y ¿qué esas no son acaso las más lindas que se ven?
Las mejores charlas las practican los embobados.
-¿Tenés frío?-
-No, me tomé un jugo de naranja.-
-¿Por qué lo lunes y los martes son los días que más me cuesta arrancar?-
-No sé, pero mi semana ponele va bien si arranco bien el lunes.-
-Los declaro marido y mujer.-
-Ya lo habías hecho.-
Qué boba que sos cuando me mirás.
Qué bobo que sonreís.
Qué bobo que besas.
Qué boluda que sos, yo te digo de acompañarte y te pensás que no quiero. Pero si yo nada te dije, es más: “Ojalá mañana al despertarme a las 06:00 a.m. respire bastante mal un par de compases sin saber lo más largo que se va a venir el hermanito del 8 de mayo.
martes, 13 de mayo de 2008
Vuelta.
Cuando no nos veíamos y volvía tarde a casa siempre me aguardaba un perro negro a la vuelta. Me gruñía, se me acercaba, me ladraba y me obligaba a caminar una “u” (o dígase 3 cuadras de más) para llegar a casa.
Desde que volvimos a vernos el perro dejó de aparecerse.
¿Cómo llamás a eso?
Desde que volvimos a vernos el perro dejó de aparecerse.
¿Cómo llamás a eso?
Manos a las teclas.
Sí pudieras ver mi futuro y me vieras lleno de dinero, fama, pero por las noches me vieras despertar sudando, tratando de llenar el espacio que me dejaste por el resto de mi vida o me vieras pobre, en la ruina, sin nada pero con vos y feliz ¿cuál de los dos futuros elegirías para mí?
lunes, 12 de mayo de 2008
Historia aburrida: Capítulo final.
Justo pensó: “Menos mal que llegamos.” Y ahí empezaba la tarde que se pasó tan rápido.
Almuerzo, charla, cigarrillo “de después de almorzar”, charla de durante el cigarrillo “de después de almorzar”, juntarse con el grupo por lo del práctico, comer galletitas con dulce de leche apoyadas al dorso de un cuadro a falta de bandeja, fumar otro cigarrillo “de mientras terminar el trabajo práctico”, discutir con ineptos, fumar el cigarrillo “de después de terminar el trabajo práctico” y ese es el fin de la etapa 1.
Nos volvemos a tomar el tren para ir a casa pero eso no es lo importante, no quiero hacer hincapié en todo eso que me aburre mientras escribo, ¿no se nota que ya tuve que cambiar al narrador?
Llegaron a la casa y de repente sin esperar nada una canción cayó a gotas desde un parlante y los hipnotizó, no pudieron dejar de calentase con la canción. Pero una calentura tierna. Si hasta se dijeron “Te amo” y todo y era verdad. Y no aguantaron más.
Hicieron el amor otra vez más y decoraron cada rincón de la casa con su amor, hicieron el amor sobre todos los muebles de la casa, hicieron el amor sin quitarse la ropa y así entre sudores Mauricio se acerco a su oído y le dijo:
-Unas simples ropas no van a impedir que nos hagamos el amor.-
Y sí, la idea era terminar sin sacarse la ropa y así se hizo.
Un rato más tarde el la dejaría en su casa pero sólo para preguntarle una cosa y sólo una cosa.
-¿Te aburriste?-
-No lindo.-
-Gracias Magenta enana fea y tonta, me acabas de arruinar el título.-
Almuerzo, charla, cigarrillo “de después de almorzar”, charla de durante el cigarrillo “de después de almorzar”, juntarse con el grupo por lo del práctico, comer galletitas con dulce de leche apoyadas al dorso de un cuadro a falta de bandeja, fumar otro cigarrillo “de mientras terminar el trabajo práctico”, discutir con ineptos, fumar el cigarrillo “de después de terminar el trabajo práctico” y ese es el fin de la etapa 1.
Nos volvemos a tomar el tren para ir a casa pero eso no es lo importante, no quiero hacer hincapié en todo eso que me aburre mientras escribo, ¿no se nota que ya tuve que cambiar al narrador?
Llegaron a la casa y de repente sin esperar nada una canción cayó a gotas desde un parlante y los hipnotizó, no pudieron dejar de calentase con la canción. Pero una calentura tierna. Si hasta se dijeron “Te amo” y todo y era verdad. Y no aguantaron más.
Hicieron el amor otra vez más y decoraron cada rincón de la casa con su amor, hicieron el amor sobre todos los muebles de la casa, hicieron el amor sin quitarse la ropa y así entre sudores Mauricio se acerco a su oído y le dijo:
-Unas simples ropas no van a impedir que nos hagamos el amor.-
Y sí, la idea era terminar sin sacarse la ropa y así se hizo.
Un rato más tarde el la dejaría en su casa pero sólo para preguntarle una cosa y sólo una cosa.
-¿Te aburriste?-
-No lindo.-
-Gracias Magenta enana fea y tonta, me acabas de arruinar el título.-
Historia aburrida: Capítulo 3.
-Una vez le puse un apósito a un sapo. Él lucía la carne viva de su espalda. Era lo mismo que estar en cuero pero como en otros animales, no nosotros.
Era más grande el apósito que él.
Mi hermana los agarraba y, hasta a veces, agarraba ladrillos y se los dejaba caer. Ella no nunca fue tan veterinaria como yo.
Había otro que era más escuerzo. Era enorme y yo le había construido una casa que era casi de su misma dimensión.- Se queda pensando unos cuantos segundos y mirando a la nada dice.-Ay, ese sapo me odiaba.-
-Esta conversación me suena haberla tenido en la vereda de tu casa.-
-Puede ser que te estés poniendo joven.-
-Callate Magenta enana, córtala con esas cosas, ¿queres?-
Era más grande el apósito que él.
Mi hermana los agarraba y, hasta a veces, agarraba ladrillos y se los dejaba caer. Ella no nunca fue tan veterinaria como yo.
Había otro que era más escuerzo. Era enorme y yo le había construido una casa que era casi de su misma dimensión.- Se queda pensando unos cuantos segundos y mirando a la nada dice.-Ay, ese sapo me odiaba.-
-Esta conversación me suena haberla tenido en la vereda de tu casa.-
-Puede ser que te estés poniendo joven.-
-Callate Magenta enana, córtala con esas cosas, ¿queres?-
Historia aburrida: Capítulo 2.
-Vos sos peor que un sapo, te haces tanto lío.-
-¿Y vos qué carajo sabés de un sapo? ¿Qué, dormís con uno acaso?-
-Sí, uno enorme… vos. No, en serio, yo era amiga de los sapos.-
-¿Por qué siempre que empezás a hablar dejás un renglón como para ver qué digo yo? ¿Hace falta tanta simetría o queres mi aprobación para seguir?-
-¿Me podes dejar hablar Magenta viejo o me vas a cuestionar todo?-
-Te puedo dejár hablar aunque la pregunta sería sí quiero.-
-Bueno ¿querés dejarme hablar?--No, pero tampoco tengo otra cosa que hacer, falta mucho para llegar, hablá-
-¿Y vos qué carajo sabés de un sapo? ¿Qué, dormís con uno acaso?-
-Sí, uno enorme… vos. No, en serio, yo era amiga de los sapos.-
-¿Por qué siempre que empezás a hablar dejás un renglón como para ver qué digo yo? ¿Hace falta tanta simetría o queres mi aprobación para seguir?-
-¿Me podes dejar hablar Magenta viejo o me vas a cuestionar todo?-
-Te puedo dejár hablar aunque la pregunta sería sí quiero.-
-Bueno ¿querés dejarme hablar?--No, pero tampoco tengo otra cosa que hacer, falta mucho para llegar, hablá-
Historia aburrida: Capítulo 1.
Se iba a levantar a eso de las 9:30 a.m. pero siguió de largo hasta que ella llamó.
-Dale Mauri, tomo el tren con vos.-
Se levantó, se acicaló y pensó en lo que sería el día. En como no tenía ganas de salir tan tarde y volverse desde allá. En como quería estar un rato haciendo nada, mirando al techo, escuchando música tonal. Abrió la puerta y se fue.
-Dale Mauri, tomo el tren con vos.-
Se levantó, se acicaló y pensó en lo que sería el día. En como no tenía ganas de salir tan tarde y volverse desde allá. En como quería estar un rato haciendo nada, mirando al techo, escuchando música tonal. Abrió la puerta y se fue.
Historia aburrida: Prólogo.
"Si todas las historias fueran aburridas uno dejaría de leerlas y yo dejaría de escribirlas. Cosa que a mí no se me cumple. Nadie lee las mías. ¿Esto quiere decir que no son aburridas?..."
domingo, 11 de mayo de 2008
Te dije. Vos no sabés sombrear.
Hay lugares que recordaré toda mi vida,
aunque algunos han cambiado.
Algunos para siempre, no para mejor,
algunos se han ido y otros aun existen.
Todos esos lugares tienen sus momentos
con amantes y amigos que aun puedo recordar.
Algunos han muerto y otros viven,
en mi vida los he amado a todos.
Pero de todos esos amantes y amigos
no hay nadie que pueda compararse contigo.
Y estas memorias pierden su sentido
cuando pienso en el amor como algo nuevo.
Aunque sé que nunca perderé el afecto
por las personas y cosas que se fueron antes,
sé que a menudo pararé y pensaré en ellas,
en mi vida te querré a ti más.
aunque algunos han cambiado.
Algunos para siempre, no para mejor,
algunos se han ido y otros aun existen.
Todos esos lugares tienen sus momentos
con amantes y amigos que aun puedo recordar.
Algunos han muerto y otros viven,
en mi vida los he amado a todos.
Pero de todos esos amantes y amigos
no hay nadie que pueda compararse contigo.
Y estas memorias pierden su sentido
cuando pienso en el amor como algo nuevo.
Aunque sé que nunca perderé el afecto
por las personas y cosas que se fueron antes,
sé que a menudo pararé y pensaré en ellas,
en mi vida te querré a ti más.
Msn
Nos ponemos de meneo como si el aire fuera de hilos.
A veces es fácil, se trata de poco, como a veces no.
Pero digamos que es un cuadro, yo miro un cuadro y nada más.
Las gordas cantan mis cinco otoños y nos cortan con cuchillos.
Los pájaros se nos ahogan pero ella no titubea.
Encerrada en su marco, en su lienzo que hasta la sé de memoria.
Podría dibujarle con las manos cerradas.
Demasiado fácil, a cuánta noche.
Ahora las colegialas ponen trampas en sus polleras cuadrillé.
Hay muchos que pican y se lo pierden, pero ¿y el cuadro?
¿Qué hay de él? ¿Tendrá hambre? ¿Conocerá del frío?
Carambas que me gustaría saberlo.
Yo esquivo todo, no miro (o no veo) a nadie, sólo el cuadro,
Parado en el umbral me di nariz, tose bajito.
Y se me hace que es chiquita, metro 60.
Es chiquita como el susto de un ratón y huele a marzo.
Debe tener los dedos largos que abren nueces,
pelo de arena, sí, arena clara.
Yo le hablo al cuadro que no siempre contesta,
mi cuadro imaginario, mi sabido cuadro imaginario que tose en el umbral de mi nariz.
Apostaría a que recorta arroz y lo guarda en pañuelos llenos de pétalos de semen.
Que de noche se pierde en los barrios de su almohada y es apóstol de los kioscos.
Que no tiene calor ahora, pero se tapa hasta la boca con la frazada.
Apostaría a que no sé nada de nada y que ya me voy.
Pero bueno, no tengo nada que apostar así que debo irme.
Adiós...
A veces es fácil, se trata de poco, como a veces no.
Pero digamos que es un cuadro, yo miro un cuadro y nada más.
Las gordas cantan mis cinco otoños y nos cortan con cuchillos.
Los pájaros se nos ahogan pero ella no titubea.
Encerrada en su marco, en su lienzo que hasta la sé de memoria.
Podría dibujarle con las manos cerradas.
Demasiado fácil, a cuánta noche.
Ahora las colegialas ponen trampas en sus polleras cuadrillé.
Hay muchos que pican y se lo pierden, pero ¿y el cuadro?
¿Qué hay de él? ¿Tendrá hambre? ¿Conocerá del frío?
Carambas que me gustaría saberlo.
Yo esquivo todo, no miro (o no veo) a nadie, sólo el cuadro,
Parado en el umbral me di nariz, tose bajito.
Y se me hace que es chiquita, metro 60.
Es chiquita como el susto de un ratón y huele a marzo.
Debe tener los dedos largos que abren nueces,
pelo de arena, sí, arena clara.
Yo le hablo al cuadro que no siempre contesta,
mi cuadro imaginario, mi sabido cuadro imaginario que tose en el umbral de mi nariz.
Apostaría a que recorta arroz y lo guarda en pañuelos llenos de pétalos de semen.
Que de noche se pierde en los barrios de su almohada y es apóstol de los kioscos.
Que no tiene calor ahora, pero se tapa hasta la boca con la frazada.
Apostaría a que no sé nada de nada y que ya me voy.
Pero bueno, no tengo nada que apostar así que debo irme.
Adiós...
viernes, 9 de mayo de 2008
miércoles, 7 de mayo de 2008
Tenés un E-mail.
Los correos electrónicos fueron creados por y para novios muy celosos.
Por eso es que, por ejemplo, uno tiene la opción de marcar los correos como no leídos, de revisar los enviados y borradores y de verificar los eliminados y de confiar en su novia/o.
Yo por suerte confió en la mía realmente y no necesito de esa comodidad tan incomoda.
Sí bien, alguna que otra vez, la he necesitado me he dado cuenta de que ella no sólo es mi novia, sino que, también es mi correo electrónico.
Por eso es que, por ejemplo, uno tiene la opción de marcar los correos como no leídos, de revisar los enviados y borradores y de verificar los eliminados y de confiar en su novia/o.
Yo por suerte confió en la mía realmente y no necesito de esa comodidad tan incomoda.
Sí bien, alguna que otra vez, la he necesitado me he dado cuenta de que ella no sólo es mi novia, sino que, también es mi correo electrónico.
martes, 6 de mayo de 2008
Más sobre la puerta.
Hace lo que quieras, ahogate en un mundo o quemate en un bosque.
Quedate conmigo o andate sin mí.
Plantame más sonrisas o callame la baba.
Bañame los días o hace lo que quieras.
Quedarme con vos, siempre con vos, hago lo que quiero, quedarme con vos.
Irme sin mí a veces es quedarme con vos y a veces es un mantel de selvamadres,
a veces es poner una canción linda contra el espejo y verla opuesta, sentirte tan oruga,
tan pirata, tan piraña, hablarte del pasado o esperar que termines.
Hacerte esta poca tan compañia que te hago, para que sepas sin hablar que estoy con vos
sin nada preguntarme, sin nada reprocharte, sin nada de que pelear.
Volver del tren por no ser de la mano ni de los jueves.
Somos pertenencias de esos jueves que llegan a casa del viernes con las rodillas raspadas
y los enteritos descocidos de tanto nosotros que los caminamos de arriba abajo.
Esa mañía de perdernos en las calles de esa ciudad
como si alguno de los dos supiera al otro de brújula o mapa de regreso.
Esas escondidas y esos bancos que ya nos ven venír y dicen "figurita repetida".
Será que me olvido de lo jovenes que estamos y creo que ya no podemos pensar en prontuarios o épitafios para charlas?
O será que me olvido de lo jovenes que estamos y creo que ya podemos pensar en prontuarios o épitafios para charlas?
Y vos qué dibujas? Alguna vez se te dió por dibujarnos más horas en un día?
Debes estar muy entretenida con esos mismos robotitos pero yo te acompaño desde acá.
Lejos de Henrry William, en casa, un lugar con menos aire puro pero más guerras.
Soy optimista con vos, sólo con vos, es mi regalo...
Estoy acá haciendote el aguante y hace mucho que no escribo que no escribo y que no escribo.
Quedate conmigo o andate sin mí.
Plantame más sonrisas o callame la baba.
Bañame los días o hace lo que quieras.
Quedarme con vos, siempre con vos, hago lo que quiero, quedarme con vos.
Irme sin mí a veces es quedarme con vos y a veces es un mantel de selvamadres,
a veces es poner una canción linda contra el espejo y verla opuesta, sentirte tan oruga,
tan pirata, tan piraña, hablarte del pasado o esperar que termines.
Hacerte esta poca tan compañia que te hago, para que sepas sin hablar que estoy con vos
sin nada preguntarme, sin nada reprocharte, sin nada de que pelear.
Volver del tren por no ser de la mano ni de los jueves.
Somos pertenencias de esos jueves que llegan a casa del viernes con las rodillas raspadas
y los enteritos descocidos de tanto nosotros que los caminamos de arriba abajo.
Esa mañía de perdernos en las calles de esa ciudad
como si alguno de los dos supiera al otro de brújula o mapa de regreso.
Esas escondidas y esos bancos que ya nos ven venír y dicen "figurita repetida".
Será que me olvido de lo jovenes que estamos y creo que ya no podemos pensar en prontuarios o épitafios para charlas?
O será que me olvido de lo jovenes que estamos y creo que ya podemos pensar en prontuarios o épitafios para charlas?
Y vos qué dibujas? Alguna vez se te dió por dibujarnos más horas en un día?
Debes estar muy entretenida con esos mismos robotitos pero yo te acompaño desde acá.
Lejos de Henrry William, en casa, un lugar con menos aire puro pero más guerras.
Soy optimista con vos, sólo con vos, es mi regalo...
Estoy acá haciendote el aguante y hace mucho que no escribo que no escribo y que no escribo.
Siempre es mejor hablarlo.
Hace media hora que no sé cómo te llamas y dos días que no nieva.
Hace media hora que estoy en la escuela y me aburro y te pienso.
Hace media hora que nunca te ví ni sé si lo haré.
Hace cuatro minutos que empecé a escribir.
Hace una semana que no sé de un cumpleaños.
Hace siete mensajes que pedís explicaciones y no sé qué decirte.
Por qué no hablamos de canciones, de hélicopteros, de guerras frías.
De desvelos, de Bradbury, de querernos, de tenernos veinte minutos.
De que no te persigas, no te incomodes.
De que estoy bien y no uso ayudas.
A vos te gusta lo que digo, a mí me gusta decirte.
Escuchame, leeme, callate, no interrumpas y entende.
No necesito verte o tenerte para saberte, diptongo atróz.
Dame sólo un renglón, dos palabras, tres puntos suspensivos,
un signo de interrogación, cuatro de las vocales, tres consonantes
Y veras que uso más ingenioso del papel y la tinta puedo lograr.
Ahora andate y extrañame que es extraño.
Pero afloja y tomame y ya hace siete minutos que estás leyendo y media hora que me queres ver.
Hace media hora que estoy en la escuela y me aburro y te pienso.
Hace media hora que nunca te ví ni sé si lo haré.
Hace cuatro minutos que empecé a escribir.
Hace una semana que no sé de un cumpleaños.
Hace siete mensajes que pedís explicaciones y no sé qué decirte.
Por qué no hablamos de canciones, de hélicopteros, de guerras frías.
De desvelos, de Bradbury, de querernos, de tenernos veinte minutos.
De que no te persigas, no te incomodes.
De que estoy bien y no uso ayudas.
A vos te gusta lo que digo, a mí me gusta decirte.
Escuchame, leeme, callate, no interrumpas y entende.
No necesito verte o tenerte para saberte, diptongo atróz.
Dame sólo un renglón, dos palabras, tres puntos suspensivos,
un signo de interrogación, cuatro de las vocales, tres consonantes
Y veras que uso más ingenioso del papel y la tinta puedo lograr.
Ahora andate y extrañame que es extraño.
Pero afloja y tomame y ya hace siete minutos que estás leyendo y media hora que me queres ver.
domingo, 4 de mayo de 2008
Introducción al reglamento de "Lina Dice"
Lina dice es un juego que se inventó hace un día (En realidad va a hacer un día a las 23 horas del día de hoy.)
Consiste en tratar de agrupar la mayor cantidad de horas de estudio posibles en espacios de tiempo inútiles.
A continuación les daremos un breve ejemplo:
“Algún que otro renglón suyo me anima y me gusta... No pierda la costumbre, si es que se atreve a compartirlos…
Atte: Cordialidad. (Es que no nos conocemos tanto.)
PD: Ojalá hayas tenido un feliz cumpleaños…”
Gracias a Lina por perder el tiempo en mí.
Consiste en tratar de agrupar la mayor cantidad de horas de estudio posibles en espacios de tiempo inútiles.
A continuación les daremos un breve ejemplo:
“Algún que otro renglón suyo me anima y me gusta... No pierda la costumbre, si es que se atreve a compartirlos…
Atte: Cordialidad. (Es que no nos conocemos tanto.)
PD: Ojalá hayas tenido un feliz cumpleaños…”
Gracias a Lina por perder el tiempo en mí.
Te me vas a cagar de risas.
Tenías miedo, tenías.
Me tenías miedo a mí, a lo que era, al sol que ya nos había abandonado hacía horas.
Le tenías miedo al teléfono y por eso te escondías de mí, de quién era, del sol que se había escapado y te escondías del teléfono.
Y yo estaba chiquito, me sentía tan chiquito mirá, que ni te saqué la ropa. Te escuchaba respirar y te hablaba bajito.
Ninguno pensaba en la parada del colectivo ni en esos tantos amigos que teníamos. ¿Te acordás de ellos? Nos llamaban. Una vez vos les contestaste sin atender. ¡Qué monada!
Y yo chocho. Claro, si yo no quería que te vayas. Si vos estabas bien. Yo te estaba mimando y vos me las devolvías cada vez más fuerte. Me dejaste en Babia.
Me daba miedo que me veas a los ojos abiertos porque te estaba mirando en la bombacha y por ahí pensabas mal de mí. Pero no te podía dejar de mirar. Y pensaba en el cíclope, en vos, en lo mágica que eras y en como sabías encontrarme. En los números de la fecha (A ver si coincidían en algo con algo.)
Yo me ahogaba en ríos metafísicos decían todos pero vos hacías de ancla. Y yo me iba al fondo, más abajo, más abajo tuyo. Encontraba tu río. Tu propio mar metafísico y lo probaba, lo discutía, lo cuestionaba, lo aceptaba y me enamoraba de él. Pero vos, ¿vos qué ibas a saber? Si estabas memorizando el techo y te tomabas lección con la parte interior de tus ojos o viceversa. Tratabas de recordar el oscuro perfecto de las veces que los cerrabas. Y yo claro, estaba muy ocupado tratando de olvidarme del protector para que parezca accidente. Hasta que te diste cuenta y no te molestó y compartimos ríos metafísicos y nos ahogamos los dos y nos llenamos de nuestros sudores, nos vestimos en ellos con la luz apagada.
Después te fuiste. Pero ya había terminado de empezar todo lo demás.
Me tenías miedo a mí, a lo que era, al sol que ya nos había abandonado hacía horas.
Le tenías miedo al teléfono y por eso te escondías de mí, de quién era, del sol que se había escapado y te escondías del teléfono.
Y yo estaba chiquito, me sentía tan chiquito mirá, que ni te saqué la ropa. Te escuchaba respirar y te hablaba bajito.
Ninguno pensaba en la parada del colectivo ni en esos tantos amigos que teníamos. ¿Te acordás de ellos? Nos llamaban. Una vez vos les contestaste sin atender. ¡Qué monada!
Y yo chocho. Claro, si yo no quería que te vayas. Si vos estabas bien. Yo te estaba mimando y vos me las devolvías cada vez más fuerte. Me dejaste en Babia.
Me daba miedo que me veas a los ojos abiertos porque te estaba mirando en la bombacha y por ahí pensabas mal de mí. Pero no te podía dejar de mirar. Y pensaba en el cíclope, en vos, en lo mágica que eras y en como sabías encontrarme. En los números de la fecha (A ver si coincidían en algo con algo.)
Yo me ahogaba en ríos metafísicos decían todos pero vos hacías de ancla. Y yo me iba al fondo, más abajo, más abajo tuyo. Encontraba tu río. Tu propio mar metafísico y lo probaba, lo discutía, lo cuestionaba, lo aceptaba y me enamoraba de él. Pero vos, ¿vos qué ibas a saber? Si estabas memorizando el techo y te tomabas lección con la parte interior de tus ojos o viceversa. Tratabas de recordar el oscuro perfecto de las veces que los cerrabas. Y yo claro, estaba muy ocupado tratando de olvidarme del protector para que parezca accidente. Hasta que te diste cuenta y no te molestó y compartimos ríos metafísicos y nos ahogamos los dos y nos llenamos de nuestros sudores, nos vestimos en ellos con la luz apagada.
Después te fuiste. Pero ya había terminado de empezar todo lo demás.
Hoja 1. Página 3.
Éste es el cuaderno de Mauricio Zárate. Nadie puedo tocarlo, ni tenerlo, ni leerlo porque es mío. Es mi cuaderno. Yo soy Mauricio Zárate y sólo yo discuto conmigo mismo y nadie más.
Éste es mi pulverizador.
Éste es mi ébano esdrújula.
Éste soy yo y de éste mis tintas.
Éste es mi pulverizador.
Éste es mi ébano esdrújula.
Éste soy yo y de éste mis tintas.
El paraíso de los cuerdos.
-¿Qué pasa Mauricio?-
-¿Qué pasa a mí o qué pasa a yo?-
-¿Qué pasa a él?-
-Él no, ella.-
-¿Y ella dónde está?-
-No está más ahora ella en él. ¿Vos tartamudeas?
-No, yo no tartamudeo.
-Yo sí. Yo si quiero tartamudeo y si no quiero no tartamudeo. ¿Entendés? Es como yo quiera hacer.-
-Sí, sí, sí, te, ten, tiendo.-
-A eso le decís tartamudear es, eso no es tartamudear bo, boludo no sa, sabés tartamudear.-
Andrés rió largamente y tomando la mano de Mauricio preguntó si estaba bien. Mauricio contestó que sí pero es realidad ya quería dormir.
La noche había sido muy larga. Entonces se despidieron.
Mauricio caminó hasta su casa. Seguía pensando en su pulverizador, en como ella lo había rechazado. No dejaba de pensar en eso y la noche empezó a apagarse.
-¿Qué pasa a mí o qué pasa a yo?-
-¿Qué pasa a él?-
-Él no, ella.-
-¿Y ella dónde está?-
-No está más ahora ella en él. ¿Vos tartamudeas?
-No, yo no tartamudeo.
-Yo sí. Yo si quiero tartamudeo y si no quiero no tartamudeo. ¿Entendés? Es como yo quiera hacer.-
-Sí, sí, sí, te, ten, tiendo.-
-A eso le decís tartamudear es, eso no es tartamudear bo, boludo no sa, sabés tartamudear.-
Andrés rió largamente y tomando la mano de Mauricio preguntó si estaba bien. Mauricio contestó que sí pero es realidad ya quería dormir.
La noche había sido muy larga. Entonces se despidieron.
Mauricio caminó hasta su casa. Seguía pensando en su pulverizador, en como ella lo había rechazado. No dejaba de pensar en eso y la noche empezó a apagarse.
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A mi amigo Andrés por tantas noches de esto.
-Una propiedad intelectual es, por ejemplo, un terreno que sabe muchas, muchas cosas.- Dice la flaca y ríe, ríe mucho y yo enseguida le retruco.
-Claro, así como un paraguas.- Ella duda. Lleva su dedo índice y lo moja en uno de sus labios, en ese momento se apagan las risotadas.
-¿Paraguas decís?-
-Sí, paraguas: Para-Las-Aguas, las detiene.-
-Claro, como anteojos: Ante-Ojos. Porque si vos mirás a la persona de frente está el cristal antes que los ojos-
-Mmm…, creo que ahí ya es más delicado, pero no entremos en cuestiones filosóficas. Mejor seguime cantando.-
-No, mejor cantemos juntos.-
Y bueno, cantamos, nada más cantamos. Afuera el mundo agonizaba y adentro dos grandes y sólidos magentas cantábamos y seguíamos cantando.
-Claro, así como un paraguas.- Ella duda. Lleva su dedo índice y lo moja en uno de sus labios, en ese momento se apagan las risotadas.
-¿Paraguas decís?-
-Sí, paraguas: Para-Las-Aguas, las detiene.-
-Claro, como anteojos: Ante-Ojos. Porque si vos mirás a la persona de frente está el cristal antes que los ojos-
-Mmm…, creo que ahí ya es más delicado, pero no entremos en cuestiones filosóficas. Mejor seguime cantando.-
-No, mejor cantemos juntos.-
Y bueno, cantamos, nada más cantamos. Afuera el mundo agonizaba y adentro dos grandes y sólidos magentas cantábamos y seguíamos cantando.
Esto pasaba hace 22 años y 1 día
-¿Vos sos nene o nena?-
-Nene.-
-Te compro tu nombre ¿Cómo te llamás?-
-Mauricio.-
_¿Por cuánto me vendés tu nombre?-
-Por tres pesos pero en tres monedas de uno.-
-Hecho.-
Y desde ese día me llamo Mauricio, Mauricio Zárate.
-Nene.-
-Te compro tu nombre ¿Cómo te llamás?-
-Mauricio.-
_¿Por cuánto me vendés tu nombre?-
-Por tres pesos pero en tres monedas de uno.-
-Hecho.-
Y desde ese día me llamo Mauricio, Mauricio Zárate.
De mí, Ana y el cumple de la Nona...
“22 pirulos, esos si que no se cumplen todos los días. Son como los 15, que se cumplen una sola vez también y después uno cambia la piel…”
Todos tienen su forma de ser y sus costumbres. Él, por su parte, siempre que viaja en el asiento trasero del auto se ubica tras el asiento del conductor, siempre que alguien le convida comida prefiere la última porción, pedazo, cacho, o cachito. Tuvo sueños eróticos con todos sus parientes e incluso, cuentan que en algunos, amaneció mojado.
Este año prefirió no hablar de lo sucedido en su víspera, prefirió compartirlo sólo con su cómplice y sólo comentar una conversación que tuvo con Ana en el cumple de la Nona.
Ana (a la muchedumbre integrada por: Tía, abuela y nona. Esta conversación debe ser pronunciada sabiendo que Mauricio escucha desde el asiento vecino a la mateada.)
(Valga la redundancia) Ana:- Mauricio es diferente, tiene mucha luz adentro.-
Tía:- Le gusta mucho la música.-
Ana:- Es como yo, es loco, está loco, siempre lo estuvo, es un luchador, eligió ese camino.-
Mauricio:- Si vos lo decís…-
Ana:- Sí Mauricio, nosotros vemos cosas que los demás no notan, somos diferentes, somos raros, estamos locos.-
Mauricio:- Yo no le diría locura. Voy a hablar por teléfono.-
Ana, Nona, Abuela al unísono:- “… (Supongo que de algo deben haber hablado)”
Tía:- ¿Mauricio podes acompañar a la nona a la casa de la tía Lina?-
Mauricio (al teléfono):- Sí tía, ya voy. Bueno chau.-
En ese momento se sucede otra conversación que se presentara más tarde entre Mauricio y la Nona.
De vuelta Mauricio en la casa de la Abuela saluda a Ana y a la Tía que se van.
Mauricio: -Chau tía.-
Ana:- Vos empezaste a luchar hace mucho ya.-
Mauricio:- Vos decís, mirá que no sé contra qué.-
Ana: - Sí Helena, él tiene muchísima luz, siempre fue diferente.-
Abuela: - Éste mirá, me parece que tiene más pero de lo otro.-
Ana besa a Mauricio larga y afectuosamente y, mientras acaricia su pelo, dice:- Sos hermoso, te pusiste muy lindo, elegiste un buen camino seguí luchando.-
Mauricio:- Tené cuidado con el pelo que lo tengo sucio, se te va a caer la mano.-
Ana: No te estoy tocando el pelo, te estoy tocando a vos (y toca su pecho).-
Mauricio la mira fijo. – Hace mucho que empezaste a luchar, seguí hermoso, te va a ir muy bien.
A vos nadie te comprende.-
Mauricio: - Sí, hay gente que sí-
Ana: -Ya encontraste tu grupo, me alegro. Chau Mauri.
Mauricio: - chau Ana.-
Y se van Ana y la Tía.
-Ayer me puse de novio Nona, sos la primera a la que le cuento.-
-Quédate tranquilo que yo no voy a contar nada. Me alegro por vos.-
Todos tienen su forma de ser y sus costumbres. Él, por su parte, siempre que viaja en el asiento trasero del auto se ubica tras el asiento del conductor, siempre que alguien le convida comida prefiere la última porción, pedazo, cacho, o cachito. Tuvo sueños eróticos con todos sus parientes e incluso, cuentan que en algunos, amaneció mojado.
Este año prefirió no hablar de lo sucedido en su víspera, prefirió compartirlo sólo con su cómplice y sólo comentar una conversación que tuvo con Ana en el cumple de la Nona.
Ana (a la muchedumbre integrada por: Tía, abuela y nona. Esta conversación debe ser pronunciada sabiendo que Mauricio escucha desde el asiento vecino a la mateada.)
(Valga la redundancia) Ana:- Mauricio es diferente, tiene mucha luz adentro.-
Tía:- Le gusta mucho la música.-
Ana:- Es como yo, es loco, está loco, siempre lo estuvo, es un luchador, eligió ese camino.-
Mauricio:- Si vos lo decís…-
Ana:- Sí Mauricio, nosotros vemos cosas que los demás no notan, somos diferentes, somos raros, estamos locos.-
Mauricio:- Yo no le diría locura. Voy a hablar por teléfono.-
Ana, Nona, Abuela al unísono:- “… (Supongo que de algo deben haber hablado)”
Tía:- ¿Mauricio podes acompañar a la nona a la casa de la tía Lina?-
Mauricio (al teléfono):- Sí tía, ya voy. Bueno chau.-
En ese momento se sucede otra conversación que se presentara más tarde entre Mauricio y la Nona.
De vuelta Mauricio en la casa de la Abuela saluda a Ana y a la Tía que se van.
Mauricio: -Chau tía.-
Ana:- Vos empezaste a luchar hace mucho ya.-
Mauricio:- Vos decís, mirá que no sé contra qué.-
Ana: - Sí Helena, él tiene muchísima luz, siempre fue diferente.-
Abuela: - Éste mirá, me parece que tiene más pero de lo otro.-
Ana besa a Mauricio larga y afectuosamente y, mientras acaricia su pelo, dice:- Sos hermoso, te pusiste muy lindo, elegiste un buen camino seguí luchando.-
Mauricio:- Tené cuidado con el pelo que lo tengo sucio, se te va a caer la mano.-
Ana: No te estoy tocando el pelo, te estoy tocando a vos (y toca su pecho).-
Mauricio la mira fijo. – Hace mucho que empezaste a luchar, seguí hermoso, te va a ir muy bien.
A vos nadie te comprende.-
Mauricio: - Sí, hay gente que sí-
Ana: -Ya encontraste tu grupo, me alegro. Chau Mauri.
Mauricio: - chau Ana.-
Y se van Ana y la Tía.
-Ayer me puse de novio Nona, sos la primera a la que le cuento.-
-Quédate tranquilo que yo no voy a contar nada. Me alegro por vos.-
viernes, 2 de mayo de 2008
Casi te puedo ver, Tango a rayas.
Casi te puedo probar apagando la luz de mis bolsillos.
Casi me olvido de todo...
Hubo una mañana que no me gustaba,
una tarde que no me sabía y una noche que no me olvidaba.
Tenés manos de crear, pelo de peleas,
labios de vías, palabras en vagones,
ojos de andén y un ciruja pidiendo monedas en tus dientes.
A veces es más fácil perderle al "porqué me gustas",
secate los ojos, es jueves, sos mía por este día,
por éste y los que vendrán de su mano.
Nunca me hablés a lengua limpia, dejála rota, sucia.
Nunca me dejes celoso de tus Adanes
porque te echo de menos cuando te tengo que sumar.
No te caigas más de mi pluma sino vas a verme.
Dejá de correr por mis renglones,no me sientes a buscarte.
Estás en algún lado pero es mejor no saberlo,
aunque lo sienta en cada cigarrillo, hoja,
hueso de mi diccionario, de mi réquiem, de mí.
No te aprendas tu nombre ni tu voz.
Mejor dejalo así que nos siga inventando.
Sacudite las piernas contra el piso y cerra las uñas que casi te puedo ver.
Casi te puedo probar apagando la luz de mis bolsillos.
Casi me olvido de todo...
Hubo una mañana que no me gustaba,
una tarde que no me sabía y una noche que no me olvidaba.
Tenés manos de crear, pelo de peleas,
labios de vías, palabras en vagones,
ojos de andén y un ciruja pidiendo monedas en tus dientes.
A veces es más fácil perderle al "porqué me gustas",
secate los ojos, es jueves, sos mía por este día,
por éste y los que vendrán de su mano.
Nunca me hablés a lengua limpia, dejála rota, sucia.
Nunca me dejes celoso de tus Adanes
porque te echo de menos cuando te tengo que sumar.
No te caigas más de mi pluma sino vas a verme.
Dejá de correr por mis renglones,no me sientes a buscarte.
Estás en algún lado pero es mejor no saberlo,
aunque lo sienta en cada cigarrillo, hoja,
hueso de mi diccionario, de mi réquiem, de mí.
No te aprendas tu nombre ni tu voz.
Mejor dejalo así que nos siga inventando.
Sacudite las piernas contra el piso y cerra las uñas que casi te puedo ver.
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