domingo, 18 de mayo de 2008

Anoche.

-¿Te podes callar panplinote? Siquiera sabes lo que estás diciendo.-
-Pero te digo que es cierto. ¿Vos alguna vez apretaste las yemitas en los dedos de los minutos? Si apretás bien fuerte te ahorrás como tres segundos por cada uno che.-
-¡Qué bello!-
-No seas hijo de puta, ja ja ja.-
-Bueno che, tampoco te la agarrés con mi vieja, ella no tiene la culpa.-
-Sabes bien la razón que tenés.-
-¿Pido otra?-
-No, andá a comprar puchos que yo pido un fernet.-
-Bueno, dale. Ya vengo.-
Este Andrés mío. Algún día se va a morir en Egipto de muy joven o le va a dar por ir por la vida suicidando rubias. Ahora resulta que se enganchó con una que es artista. ¿Me querés decir para qué quiere artistas? Son las más molestas, se paran horas frente a cuadros que no entienden para rendirles apología con frases como “Qué bello” o “hermoso, simplemente hermoso”. Pero si el arte no es eso. No, no es eso, ni siquiera se le acerca. Aunque, por otro lado, dice que es simple la piba esta. Me pone contento. Simple. ¿Cómo será una piba simple hoy en día? Será de las que te bancan en cualquiera que te mandés o esas que usan frases como “Te hago la gamba” o “Dale, haceme pata”. Sí el está bien yo no me meto. Es más, me pone contento.
Pedazo de mounstro. El muy boludo se debe haber quedado a pelearle al quiosquero
Por los diez centavos de los puchos o se debe haber enamorado de una fotografía o debe haber descubierto la religión por eso debe tardar tanto. Hermano aparecé. Ya hace como tres días que te fuiste y no volvés. Dale que se enfría el fernet y nadie le gusta muy frío menos en noches como esta tan nuestras. Por ahí le dejó una moneda a una desocupada creyendo que le estaba salvando la vida, pobre boludo. Siempre fue más bueno el boludo. Pero si es por eso que lo quiero tanto. Que no se lo diga es otra cosa muy diferente pero es bonachón desde changuito ya.
Menos mal, ahí viene.
-Por fin negro, ¿De quién te enamoraste ahora?-
-De tu mamá, boludo. Viejo, no seas así de cruel que había fila para comprar.-
-Bueno te perdono pero pasame un rubio que no doy más de las ganas que tengo.-
-Acá tenés. ¿Fuego queres?-
-¿Che, entonces estás contento?-
-Sí, muy. Mejor que nunca te diría.-
-Bueno me alegro. ¿Te parece si en un rato vamos yendo?-
-Dale, yo también estoy un poco cansado.-
-Cada día nos ponemos un poco más chotos Andrecito mío.-
-Hablás por vos, yo anoche me volvía las siete de la matina.-
Charlas aburridas pero nuestras que siguen y siempre nos hacen llegar tarde a todos lados. Por suerte nos fuimos al ratito.

No hay comentarios: